Nunca Máis: nunca más

Por Pascual Tamburri Bariain, 24 de febrero de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.

Sean cuales sean las cifras definitivas, la reciente manifestación en Madrid fue multitudinaria. Dependiendo de las fuentes, los manifestantes fueron muchos o muchísimos; dependiendo de los analistas la manifestación será más o menos trascendente en términos políticos. Pero la publicación simultánea de una encuesta de intención de voto ha hecho cundir el nerviosismo, y no sólo en el Partido Popular.

No debe perderse de vista la naturaleza de la plataforma convocante de la manifestación. Nunca Máis es una alianza circunstancial de los independentistas gallegos con la extrema izquierda residual y con grupos marginales de todo tipo. A nivel nacional, el PSOE pretende obtener beneficios políticos de la preocupación popular por el hundimiento del buque «Prestige»; y esa misma preocupación popular nutre las manifestaciones mucho más que la muy discutible capacidad de movilización de las organizaciones implicadas.

Las manifestaciones de Nunca Máis no son en defensa de una Galicia más limpia y de un medio ambiente mejor tutelado. Con esas excusas – muy legítimas y muy comprensibles – se está produciendo una movilización general de la izquierda, de la extrema izquierda y del nacionalismo para arrebatar al PP el poder. El PSOE no se identifica con el verdadero ecologismo más que las retahílas hueras de grupúsculos unipersonales del entorno «verde», progresista o simplemente marxista. Como en el caso de la oposición a la guerra, una parte importante del pueblo español es víctima de una descarada manipulación electoral.

Sociológicamente, tanto en las movilizaciones contra la guerra como en las de Nunca Máis, son mayoritarios los simpatizantes y votantes del PP. Y este partido, como su gobierno, arrastra un problema de imagen muy importante. Ha habido obvios casos de ineficacia y de lentitud, en ciertos puntos debidos al miedo a actuar con energía y decisión. Pero sobre todo a fallado la comunicación con el pueblo, para explicar la situación y las respuestas. Si el PP desea evitar que sus rivales políticos capitalicen estos errores, necesita mejorar su imagen. Y para esto la mejor receta es ser él mismo, sin timidez. No se puede permitir nunca más que una minoría manipule así la opinión pública.

Por Pascual Tamburri Bariain, 24 de febrero de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.